Durante el crecimiento los maxilares deben desarrollarse adecuadamente y en conjunto.
En general la carga genètica y la adecuada función producen un avance de ambos maxilares en forma armónica finalizando el crecimiento cerca de los 17 años con las estructuras alineada, con la oclusión dentaria correcta y con las funciones del sistema estomatognático ideales.
Existen numerosos factores que pueden producir una serie de alteraciones en el crecimiento. Hay factores genéticos y factores ambientales.
Dentro de los factores ambientales se encuentran los patrones funcionales alterados como la deglución atípica y las parafunciones como la succión digital o el uso prolongado del chupete en la infancia.
Estos elementos patológicos producen alteraciones en el crecimiento por un lado solo en las estructuras de los dientes, ya sea en la posición, inclinación o relación de mordida y por otro lado en los patrones de crecimiento de los huesos maxilares completos.
Malos hábitos:
Succión de dedo
Uso de chupete
Onicofagia (comer o morder las uñas)
Morder lápices
Respiración bucal por obstrucciones en pacientes alérgicos
Interposición lingual por lengua grande
Estos factores son de tipo funcionales pero existe otro grupo de patologías que son de tipo hereditarias.
Dentro de las alteraciones hereditarias podemos encontrar aquellas que son simplemente herencia de patrones esqueletales de maxilares pequeños sin llegar a ser algún tipo de patología por parte de los padres. En estos casos puede que los padres presente o no algún tipo de alteración evidente o simplemente una tendencia a un maxilar o mandíbula pequeña.
Estos caso se pueden manifestar en los hijos como mandíbulas pequeñas y si sumamos algunos de los factores funcionales mencionados anteriormente podemos estar presente ante una anomalía importante que requeriría tratamiento por el ortodoncista y el cirujano maxilofacial.
En otros casos los padres o uno de ellos o algún familiar consanguíneo manifiesta un tamaño de su mandíbula evidentemente menor que también debería haberse tratado.
Hay un tercer grupo de opciones en donde el tamaño de la mandíbula es evidentemente más pequeña y la causa es una anomalía genética. En estos casos los asociamos a síndromes, en estas situaciones generalmente hay alteraciones en más de una estructura, por ejemplo orejas, ojos, piel de la zona, cejas incluso manifestaciones en otros sistemas del organismo como el corazón o manos.
En estos casos con alteraciones genéticas los tratamientos se deben realizar desde la infancia, en ocasiones con más de una cirugía y con procedimientos complementarios como el uso de unos aparatos diseñados para generar crecimiento en la mandíbula. Estos aparatos se denominan distractores.
Alteraciones asociadas a mandíbulas pequeñas o clases 2
Se pueden presentar muchas alteraciones asociadas a las clase II. Mencionaremos en general algunas y se desarrollarán en los diferentes apartados del sitio como tratamiento de distintas patologías.
Bruxismo
Patología de las articulaciones témporo mandibulares
Cefaleas
Dolor en los oídos
Sensación de oídos tapados
Ruido en las articulaciones
Dolor o sensación de cansancio en los músculos masticadores
Sensación de no haber descansado en las mañanas
Desgastes en los dientes o facilidad para romper los dientes
Ronquidos
Apneas del sueño
Aspecto facial del paciente clase II
Las características fisonómicas de los pacientes clase II son múltiples pero en general tienden a tener un rostro parecido y pueden presentar signos comunes o combinación de algunos.
Mandíbula más pequeña
Espacio entre los dientes superiores e inferiores
Mentón arrugado o crispado
Dificultad para cerrar los labios
Ausencia del surco mento labial
Sonrisa gingival, al sonreír el paciente muestra encia en exceso
Presencia de ojeras o aspecto de respirador bucal
Presencia de amígdalas grandes
Presencia de adenoides
La cirugía para esto se concidera estética para los seguros??
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